Unidad 3 La mejor acción posible: escasez, bienestar y horas de trabajo
3.11 Explicación de las horas que trabajamos: género y tiempo de trabajo
En casi todas las partes del mundo, las mujeres tienen menos probabilidad que los hombres de realizar un trabajo remunerado. Las mujeres que efectúan una actividad remunerada trabajan, por término medio, menos horas que los hombres. Según datos recabados en 30 países de rentas altas, las mujeres en edad de trabajar dedican un promedio de tres horas y 38 minutos al día a realizar un trabajo remunerado o a estudiar, mientras que el tiempo medio de los hombres es de cinco horas y 18 minutos.
A partir de nuestro modelo sabemos que el salario es un factor relevante para la elección de las horas de trabajo por parte de las personas empleadas. Es posible que las mujeres tomen decisiones diferentes a los hombres porque reciben salarios más bajos debido a la discriminación que sufren dentro del mercado laboral. Aunque muchos países cuentan en la actualidad con leyes para equiparar salarios entre hombres y mujeres que realizan trabajos similares, la brecha salarial entre ambos grupos sigue siendo considerable. La figura 3.19 muestra las brechas de género que existen en cinco países tanto en la realización de trabajos remunerados como en los salarios recibidos.
Figura 3.19 Brechas de género en cuanto a salarios y a horas de trabajo remunerado.
OECD. Time Use. Consultado en febrero de 2025; OECD. Gender wage gap. Consultado en febrero de 2025.
Nota: La brecha salarial entre hombres y mujeres es la diferencia entre los ingresos medios de mujeres y hombres empleados a tiempo completo expresada como un porcentaje de los ingresos de los hombres. La brecha en cuanto a horas de trabajo equivale a la diferencia entre el promedio de horas diarias de trabajo remunerado realizado por hombres y mujeres en edad de trabajar expresada como un porcentaje de las horas de trabajo de los hombres. Por tanto, una brecha del 30 % significa que los salarios o las horas de trabajo remunerado de las mujeres son un 30 % más bajos que los de los hombres.
¿Podría explicar la brecha salarial entre géneros por qué las mujeres realizan menos trabajos remunerados?
Hemos visto que salarios más elevados pueden provocar un aumento o una disminución de las horas de trabajo dependiendo de las preferencias de cada cual. Los salarios más bajos de las mujeres las incentivan menos a realizar trabajos remunerados (el efecto sustitución), pero el efecto renta actúa en la dirección contraria. Si domina el efecto sustitución, es posible que salarios más bajos animen a las mujeres a elegir menos horas de trabajo. Pero incluso las grandes variaciones salariales que se produjeron a lo largo del siglo XX depararon una diferencia menor en las horas de trabajo que la diferencia de horas trabajadas entre hombres y mujeres, y en aquel caso los salarios más bajos fueron unidos a un número mayor de horas de trabajo. Parece poco probable que la brecha salarial explique por sí sola la brecha en cuanto a horas de trabajo.
Para encontrar una explicación más convincente debemos tener en cuenta las razones por las que la población valora el tiempo libre. En nuestro modelo, las «horas de trabajo» son el tiempo dedicado al «trabajo de mercado», es decir, el trabajo realizado a cambio de unos ingresos. El «tiempo libre» es todo lo demás; el valor que le atribuya cada persona dependerá no solo de sus posibilidades para dedicarlo a actividades sociales y de ocio, sino también de las necesidades de tiempo que tengan para realizar otras tareas no remuneradas, como cocinar, limpiar, hacer la compra y cuidar de los hijos.
Las investigaciones efectuadas han revelado que aparecen grandes diferencias entre el trabajo que realizan hombres y mujeres cuando tienen hijos. Los ingresos de las mujeres sufren una caída considerable con el nacimiento del primer hijo y a partir de entonces se quedan para siempre más bajos que antes. En cambio, el nacimiento de un hijo apenas supone ninguna diferencia en los ingresos de los hombres.
La «penalización por hijos» en el caso de las mujeres oscila desde el 21 % de los ingresos en Dinamarca hasta el 44 % en Reino Unido y más del 60 % en Alemania.1
- división por género del trabajo
- No definition available.
Esto indica que podemos observar una división por género del trabajo dentro de las familias, donde se da una probabilidad mayor de que las mujeres se encarguen de las tareas domésticas, en particular del cuidado de los hijos. El gráfico 3.20 muestra datos procedentes de estudios sobre uso de tiempo en los que se pidió a las personas participantes que llevaran un registro detallado de las actividades que realizaban a lo largo del día. En todos los países de los que tenemos datos, los hombres dedican más tiempo al trabajo remunerado que las mujeres, pero ellas dedican más tiempo al trabajo no remunerado que los hombres.
Figura 3.20 Promedio de minutos diarios que dedican mujeres y hombres a trabajos remunerados y no remunerados.
OECD. Time Use. Consultado en febrero de 2025; OECD. Gender wage gap. Consultado en febrero de 2025.
Modelización del trabajo remunerado y no remunerado dentro del hogar
Con el fin de buscar una explicación para las diferencias de género detectadas en los patrones de trabajo aplicaremos nuestro modelo de horas de trabajo al caso de una pareja (Ana y Luis) con dos hijos pequeños. Supongamos que ambos tienen las mismas preferencias y aptitudes similares, y que ambos pueden encontrar un empleo con el mismo salario de 30 dólares por hora. Según sus cálculos, las labores domésticas, incluyendo el cuidado de los hijos, requieren unas 14 horas diarias de dedicación.
Entre los dos miembros de la pareja disponen de un total de 48 horas diarias para dedicarlas al trabajo remunerado, el trabajo doméstico y otras actividades (no laborales). Están de acuerdo en que el consumo total debe repartirse a partes iguales y en que ambos deben dedicar el mismo tiempo al trabajo, ya sea remunerado o no. Ambos quieren tener tiempo para otras actividades, lo que incluye descanso y esparcimiento.
Los ejes de la figura 3.21 contienen los dos bienes que valoran: consumo del hogar y tiempo libre. Puesto que ambos tienen las mismas preferencias y comparten bienes por igual, es fácil calcular las preferencias familiares y trazar las curvas de indiferencia. Por ejemplo, para hallar cómo valora este hogar la combinación de 20 horas de tiempo libre y 300 dólares de consumo en relación con otros puntos del gráfico, basta con preguntar a los padres cómo valora cada miembro de la pareja diez horas de tiempo de trabajo y 150 dólares de consumo.
Si disponen de t horas de tiempo libre y dedican 14 horas a las tareas domésticas, sus horas de trabajo remunerado ascenderán a \(h = 48 - 14 - t\). Con un salario por hora de w, tendrán un consumo total de \(c = wh\). Por tanto, su restricción presupuestaria viene dada por:
\[c = w(34 - t)\]La figura 3.21 muestra el conjunto factible del hogar, así como la opción preferida de consumo y tiempo libre cuando el salario es de 30 dólares la hora. El hogar obtiene la mayor utilidad en el punto B, donde la curva de indiferencia es tangente a la frontera factible: la relación marginal de sustitución entre consumo y tiempo libre es igual al salario.
En el punto B, el hogar dispone de 22 horas de tiempo libre. Además de las 14 horas necesarias para las tareas domésticas, dedica 12 a realizar un trabajo remunerado, por lo que dispone de 360 dólares de consumo. En términos individuales, cada miembro de la pareja puede realizar seis horas de trabajo remunerado y siete horas de trabajo no remunerado, y dispone de 180 dólares para consumo, tal como se muestra en la tabla.
¿Cómo cambiaría su elección si Ana sufriera discriminación de género y solo pudiera encontrar un empleo con un salario de 17 dólares la hora? En esta situación y con una cantidad concreta de trabajo remunerado, el hogar podría aumentar su consumo y su utilidad si Luis realizara más horas de trabajo remunerado y menos horas no remuneradas. Pero supongamos que Luis no puede efectuar más de 8 horas de trabajo remunerado al día (debido, por ejemplo, a que existe una ley que regula el tiempo de trabajo).
Consideremos la figura 3.22 para ver cómo cambia el conjunto factible en esta situación y cómo afecta a la elección en este hogar.
La nueva opción preferida se sitúa en el punto D, con 24 horas de tiempo libre. Luis realiza ocho horas de trabajo remunerado, y Ana, dos horas. Como antes, se reparten por igual el total de horas de trabajo y el consumo, pero ahora Ana se ocupa mucho más del trabajo doméstico. La tabla muestra el resultado para cada miembro de la pareja.
El salario más bajo de Ana no solo reduce sus horas de trabajo remunerado y conlleva una distribución desigual del tiempo entre ambos, sino que también reduce la cantidad total de trabajo remunerado que realizan los dos. El consumo total del hogar es menor no solo porque el salario de Ana es más bajo, sino porque eligen realizar menos trabajo remunerado conjunto.
El salario más bajo de Ana implica un efecto sustitución: el coste de oportunidad de una hora de tiempo libre solo vale ahora 17 dólares, lo que reduce el incentivo para trabajar y aumenta la cantidad de tiempo libre. Como es habitual, también tiene un efecto renta en la dirección contraria: ingresos más bajos instan al hogar a reducir la cantidad de ambos bienes. Pero en este modelo de hogar con dos personas ganando un salario, el efecto renta es pequeño: el cambio en el salario de Ana no tiene ningún efecto sobre los ingresos procedentes de las ocho horas que trabaja Luis. Por eso predomina el efecto sustitución, y las horas de trabajo remunerado de Ana caen de seis a dos.
Este análisis evidencia que la discriminación de género en el mercado laboral unida a las decisiones conjuntas dentro del hogar en relación con el tiempo de trabajo puede dar lugar a una división del trabajo por géneros en la que las mujeres trabajen menos horas remuneradas. Sin embargo, tiene que haber algo más, ya que el modelo supone una distribución equitativa del consumo y el total de tiempo trabajado dentro de los hogares. No explica por qué en la mayoría de países (los que aparecen en la figura 3.20), las mujeres trabajan más horas en total que los hombres. Para explicarlo habría que analizar otras posibilidades, como diferencias en cuanto a preferencias entre hombres y mujeres, el desequilibrio de poder dentro de los hogares y las normas sociales de género que limitan las opciones disponibles para las mujeres.
Pregunta 3.13 Elige las respuestas que sean correctas
Lee los siguientes enunciados sobre diferencias de género en cuanto a horas trabajadas y salarios y elige las opciones que sean correctas.
- Las diferencias salariales de la figura 3.19 no corresponden a situaciones equivalentes. Incluyen diferencias en el tipo de trabajo que realizan hombres y mujeres. Por ejemplo, comparados con las mujeres, es más probable que los hombres trabajen en sectores con salarios más altos en promedio y que ocupen una proporción mayor de puestos directivos en empresas.
- Si las horas de trabajo descienden cuando el salario baja, entonces el efecto sustitución (la reducción de las horas de trabajo debido a que el coste de oportunidad del tiempo libre es menor que antes) tiene que dominar sobre el efecto renta (el incremento de las horas de trabajo para obtener los mismos ingresos que antes).
- La brecha salarial entre hombres y mujeres no puede explicar por sí sola por qué las mujeres trabajan menos horas que los hombres. Pero la brecha salarial entre hombres y mujeres puede deparar una división del trabajo por sexos dentro de los hogares que inste a que las mujeres asuman más cantidad de trabajo doméstico no remunerado.
- Cuando ambos miembros de la pareja cobran el mismo salario de 30 dólares la hora, el total de consumo y de horas de trabajo es mayor que cuando uno de los miembros gana 30 dólares y el otro 17 dólares la hora.
Ejercicio 3.11 El género y los cambios en el tiempo de trabajo
En las últimas décadas han mejorado las oportunidades formativas para las mujeres en muchos países, y se han creado o consolidado leyes para evitar la discriminación de género dentro del mercado laboral. También se ha generalizado el acceso a aparatos domésticos novedosos y mejorados. ¿Qué efectos crees que tendrán estos cambios…
- …en el tiempo de trabajo remunerado y no remunerado en hogares con hijos?
- …en el promedio de horas de trabajo por persona empleada?
Ejercicio 3.12 Trabajo no remunerado, género y ayudas para el cuidado de los hijos
A partir de la siguiente información y la figura 3.23, describe y propón explicaciones para las diferencias entre países en el tiempo dedicado a realizar tareas no remuneradas que se muestran en la figura.
- Finlandia tiene la brecha salarial más baja entre hombres y mujeres, y generosos permisos de maternidad y paternidad.
- En Bélgica, la mayoría de los niños reciben cuidados fuera del hogar desde que cumplen 30 meses.
- Estados Unidos se cuenta entre los países de renta alta menos generosos en permisos de paternidad y maternidad y subvenciones al cuidado de la infancia, y las mujeres con hijos pequeños mantienen a menudo su trabajo a tiempo completo.
Figura 3.23 Total de tiempo dedicado a trabajos de cuidados no remunerados entre hombres y mujeres en Bélgica, Finlandia y Estados Unidos.
Calculado a partir de: Organización Internacional del Trabajo. 2018. «Care work and care jobs for the future of decent work». Ginebra, pp. 67. Nota: El último año de datos disponibles es 2013 para Bélgica, 2009 para Finlandia y 2016 para Estados Unidos.
Ejercicio 3.13 Tecnología doméstica y uso del tiempo
Hans Rosling describe en este vídeo el impacto que tuvo la llegada de la lavadora en el tiempo del que disponía su abuela. Si este fuera un ejemplo típico, ¿cómo repercuten los avances en tecnología doméstica en el uso que hacemos de nuestro tiempo? ¿Qué otros efectos podrían tener?
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Henrik Kleven, Camille Landais, Johanna Posch, Andreas Steinhauer, y Josef Zweimüller. 2019. «Child Penalties Across Countries: Evidence and Explanations». AEA Papers and Proceedings 109: pp. 122–126. ↩