Unidad 2 Tecnología e incentivos
2.12 ¿Es bueno el modelo? Economistas, historiadores y la Revolución Industrial
¿Por qué comenzó la Revolución Industrial cuando y donde lo hizo: en el siglo XVIII en una isla situada frente a las costas de Europa?
En esta unidad, hemos presentado una explicación. En la economía capitalista emergente de Gran Bretaña, unos salarios relativamente altos y un carbón barato fueron incentivos para desarrollar e implementar nuevas tecnologías que aumentaran la productividad de la mano de obra; además, la posición dominante del país en la economía mundial proporcionó tanto materias primas a bajo coste como mercados para la mayor producción.1
Nuestro modelo explica una parte de la historia. Pero ha dejado de lado causas científicas, culturales y sociológicas que los estudiosos creen que también fueron importantes.
Si te interesa saber lo que algunos de estos estudiosos piensan del trabajo de otros, puedes leer el análisis de Gregory Clark sobre el artículo de Joel Mokyr o el análisis de Robert Allen sobre el libro de Gregory Clark.
- La revolución científica y la difusión de los conocimientos técnicos. Joel Mokyr ha subrayado la revolución científica de Europa, con la transformación del conocimiento científico de las élites en asesoramiento práctico y en herramientas para ingenieros y artesanos cualificados, que las usaron para construir las máquinas de esa época.2
- El estado de derecho y otras instituciones políticas. David Landes hace hincapié en las características políticas y culturales de las naciones en su conjunto, tales como la estabilidad política y el estado de derecho. Plantea que los países europeos se adelantaron a China porque el gobierno chino era demasiado poderoso y reprimía la innovación y porque la cultura china de aquella época favorecía la estabilidad por encima del cambio.3
- Nuevos valores individuales. Para Gregory Clark, ciertos valores personales (por ejemplo, la importancia del esfuerzo y el ahorro como signos de un buen carácter) fueron la clave del éxito en el contexto de las nuevas instituciones. Estos valores se propagaron y fomentaron el aumento de la productividad de la mano de obra durante lo que Clark denomina «La revolución industriosa».4
Como otros países siguieron trayectorias diferentes, es poco probable que un solo modelo pueda explicar todos los palos de hockey. Por ejemplo, Alemania no pudo competir con Gran Bretaña en textiles, pero el gobierno y los grandes bancos tuvieron un papel importante en la metalurgia y en otras industrias pesadas. Gran Bretaña se vio superada en algunos mercados textiles asiáticos por Japón, que se benefició del aislamiento de que disfrutó gracias a las grandes distancias a que se encontraban los primeros emprendedores (que, en aquella época, implicaban semanas de viaje). Japón copió selectivamente tanto la tecnología como las instituciones, introduciendo el sistema económico capitalista al tiempo que conservaba instituciones japonesas tradicionales, como el sometimiento a un emperador, que duró hasta la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial.
Como tratamos en la unidad 1, la Revolución Industrial no condujo al crecimiento económico en todas partes. Al haberse propagado lentamente al resto del mundo, también dio lugar a un enorme incremento en la desigualdad de rentas entre unos países y otros. A la vista del crecimiento económico que se produjo en todo el mundo durante los siglos XIX y XX, David Landes se preguntó: «¿Por qué nosotros somos tan ricos y ellos tan pobres?»5
Con ese «nosotros» se refería a las sociedades ricas de Europa y América del Norte. Con «ellos» quería decir las sociedades pobres de África, Asia y América Latina. Landes sugería, con algo de sarcasmo, que había dos respuestas a esa pregunta:
Una respuesta sería que nosotros somos tan ricos y ellos tan pobres porque somos muy buenos y ellos, muy malos, es decir, nosotros somos trabajadores, entendidos, educados, bien gobernados, eficaces y productivos, mientras que ellos son todo lo contrario. La otra explica que somos tan ricos y ellos tan pobres porque nosotros somos muy malos y ellos, muy buenos, es decir, somos codiciosos, despiadados, explotadores y agresivos, mientras que ellos son débiles, inocentes, virtuosos, víctimas de abusos y vulnerables.
Si crees que la Revolución Industrial tuvo lugar en Europa a causa de la Reforma protestante, el Renacimiento, la revolución científica, el desarrollo de un sistema superior de propiedad privada o unas políticas públicas favorables, entonces te vale la primera respuesta. Si crees que sucedió gracias al colonialismo o la esclavitud, estás entre quienes apoyan la segunda. Pero, en realidad, la pregunta de Landes plantea una falsa dicotomía. Sabemos que la creatividad científica y práctica y el estado de derecho fueron esenciales para el proceso, igual que lo fueron los mercados de las colonias británicas y el algodón y el azúcar producidos por personas esclavizadas.
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Robert C. Allen. 2011. Global Economic History: A Very Short Introduction. Nueva York, NY: Oxford University Press [Historia económica mundial: una breve introducción, trad. cast. de Francisco Muñoz de Bustillo, Madrid: Alianza Editorial, 2020]. ↩
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Joel Mokyr. 2004. The Gifts of Athena: Historical Origins of the Knowledge Economy (quinta edición). Princeton, NJ: Princeton University Press [Los dones de Atenea: los orígenes históricos de la economía del conocimiento, trad. cast. de José Miguel Parra Ortiz, Madrid: Ediciones de Historia, 2008]. ↩
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David S. Landes. 2006. «Why Europe and the West? Why not China?» Journal of Economic Perspectives 20 (2) (junio): pp. 3–22. ↩
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Gregory Clark. 2007. A Farewell to Alms: A Brief Economic History of the World. Princeton, NJ: Princeton University Press [Adiós a la sopa de pan, hola al sushi: breve historia económica mundial, trad. cast. de Maria Josep Cuenca Ordinyana, Valencia: Universidad de Valencia, 2014]. ↩
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David S. Landes. 1990. «Why are We So Rich and They So Poor?» The American Economic Review 80 (mayo): pp. 1–13. ↩