Unidad 2 Tecnología e incentivos
2.7 Carbón barato, mano de obra cara: la Revolución Industrial en Gran Bretaña y los incentivos para las nuevas tecnologías
La historiadora Eve Fisher calculó que fabricar una camisa en aquella época requería 579 horas de trabajo en total (500 horas solo para el hilado) y habría costado 4197,75 dólares si se tomara el salario mínimo estadounidense de 2022.
Antes de la Revolución Industrial, hilar, tejer y confeccionar ropa para la familia eran actividades a las que dedicaban mucho tiempo la mayoría de las mujeres.
¿Cuál fue el efecto que provocaron tecnologías como la hiladora Jenny? Las primeras hiladoras Jenny tenían ocho carretes. Si antes ocho hilanderas trabajaban con ocho ruecas, ahora bastaba con una máquina manejada por una sola persona. A finales del siglo XIX, una única máquina operada por un número reducido de personas podía sustituir a más de mil hilanderas. Estas máquinas no dependían de la energía humana, sino que eran accionadas al principio por ruedas hidráulicas y posteriormente por motores a vapor alimentados con carbón. La figura 2.11 resume estos cambios.
Tecnología antigua | Tecnología nueva |
---|---|
Muchos trabajadores | Pocos trabajadores |
Pocos bienes de capital (ruecas) | Muchos bienes de capital (máquinas hiladoras, edificios para fábricas, ruedas hidráulicas o motores a vapor) |
… que solo requieren energía humana | … que requieren energía (del carbón) |
Intensiva en mano de obra | Ahorradora en mano de obra |
Ahorradora en capital | Intensiva en capital |
Ahorradora en energía | Intensiva en energía |
Figura 2.11 Cambio en la tecnología de hilado durante la Revolución Industrial.
El modelo de la sección 2.6 ofrece una hipótesis (es decir, una posible explicación) de por qué alguien se molestaría en inventar una tecnología así y por qué alguien iba a querer usarla. En el modelo, los fabricantes de tela elegían entre tecnologías en las que solo se utilizaban dos factores de producción: energía y trabajo. Se trata de una simplificación, pero permite destacar la importancia de los precios relativos de los factores de producción cuando se elige una tecnología. Cuando el coste del trabajo se incrementó en comparación con el de la energía, surgió la oportunidad de obtener rentas de innovación al cambiar a la tecnología intensiva en energía.
Esto es solo una hipótesis. ¿Es lo que ocurrió en realidad? Observar cómo los precios relativos eran distintos en cada país y cómo cambiaron a lo largo del tiempo nos puede ayudar a entender por qué tecnologías como la máquina hiladora se inventaron en Gran Bretaña y no en otros países y por qué sucedió en el siglo XVIII y no antes.
Figura 2.12 Salarios con respecto al precio de la energía (principios del siglo XVIII).
Robert C. Allen. 2008. The British Industrial Revolution in Global Perspective. Cambridge: Cambridge University Press. p. 140
La figura 2.12 presenta el precio del trabajo en relación con el precio de la energía en seis ciudades a principios del siglo XVIII, más concretamente, los salarios de los trabajadores de la construcción divididos por el precio de 1 millón de unidades térmicas británicas (BTU según su abreviatura en inglés; esta unidad de energía equivale a algo más de 1000 julios). En Inglaterra y Países Bajos, el trabajo era más costoso en comparación con el precio de la energía que en Francia (París y Estrasburgo) y mucho más que en China.
El precio relativo era elevado en Inglaterra por dos motivos: los salarios eran más altos allí que en otros países, mientras que el carbón era más barato en Gran Bretaña (por la abundancia de este mineral) que en los demás países.
Figura 2.13 Salarios con respecto al coste de los bienes de capital (entre finales del siglo XVI y comienzos del XIX).
Robert C. Allen. 2008. The British Industrial Revolution in Global Perspective. Cambridge: Cambridge University Press. p. 138
La figura 2.13 compara el precio del trabajo (con respecto a los bienes de capital) en Inglaterra y en Francia desde finales del siglo XVI hasta principios del XIX. Presenta el salario de los obreros de la construcción dividido por el coste de usar bienes de capital. Este coste se calcula a partir de los precios del metal, la madera y el ladrillo y del coste de endeudarse; además, tiene en cuenta la velocidad a la que los bienes de capital se desgastan o deprecian.
En la figura se observa que la relación entre los salarios y el coste de los bienes de capital era parecida en Inglaterra y Francia a mediados del siglo XVII; sin embargo, a partir de entonces, la mano de obra se fue encareciendo de forma constante en relación con los bienes de capital en Inglaterra, pero no en Francia. Dicho de otro modo, en esa época, el incentivo de sustituir a los trabajadores por máquinas era cada vez mayor en Inglaterra, no así al otro lado del canal de la Mancha. En Francia, el incentivo de ahorrar en mano de obra a través de la innovación había sido más intenso a fines del siglo XVI que 200 años más tarde, momento en el que la Revolución Industrial empezó a transformar Gran Bretaña.
Con el modelo de la sección anterior, aprendimos que la tecnología elegida depende de los precios relativos de los factores de producción. Si combinamos las predicciones del modelo con los datos históricos, obtenemos una explicación para el momento y el lugar de la Revolución Industrial.
Es decir, con respecto a los costes de la energía y los bienes de capital:
- los salarios (inicialmente lo que cobraban las mujeres por fabricar hilo de algodón) subieron en el siglo XVIII en Gran Bretaña en comparación con el periodo histórico anterior;
- los salarios eran más altos en Gran Bretaña durante el siglo XVIII que en ningún otro sitio.
No cabe duda de que también ayudó que Gran Bretaña fuera un país con mucha invención. Había muchos ingenieros cualificados y muchos fabricantes que podían construir las máquinas que diseñaban los inventores.
La figura 2.14 resume la aplicación de nuestro modelo al país británico. En el siglo XVII, la mano de obra era barata comparada con la energía y se usaba la tecnología B, situada en la línea de isocoste HJ. B era más barata que A, pero la situación se invirtió en el siglo XVIII, cuando el precio relativo del trabajo era elevado. Las empresas cambiaron a la tecnología A, intensiva en energía, que se situaba en la línea de isocoste FG.
Figura 2.14 Modelo del coste de usar tecnologías diferentes para producir 100 metros de tela en Gran Bretaña durante los siglos XVII y XVIII.
Ejercicio 2.7 En Reino Unido, no en Francia
En este vídeo verás a Bob Allen, historiador de la economía, explicar su teoría de por qué la Revolución Industrial ocurrió cuando y donde lo hizo.
- Resume la propuesta de Allen sirviéndote del concepto de renta económica. ¿Qué estás dando por supuesto?
- ¿Qué otros factores importantes pueden explicar el auge de las tecnologías intensivas en energía en Gran Bretaña en el siglo XVIII?
Los precios relativos del trabajo, la energía y el capital pueden ayudar a explicar por qué se adoptaron inicialmente en Inglaterra las tecnologías de la Revolución Industrial que ahorraban mano de obra y por qué en aquella época la tecnología avanzó allí más rápido que en el resto del mundo.
¿Qué explica que, con el tiempo, estas nuevas tecnologías fuesen adoptadas en países como Francia y Alemania y, a la larga, en China e India? Una explicación es la sucesión de avances tecnológicos: el desarrollo de sucesivas tecnologías que dominan a las que ya hay en uso y que permiten fabricar los mismos 100 metros de tela con una cantidad cada vez menor de factores de producción. Esto lo podemos ilustrar con el modelo. En la figura 2.15, el progreso tecnológico conduce a la invención de una tecnología intensiva en energía que resulta superior y a la que llamaremos A′. El análisis del gráfico muestra que, una vez que A′ esté disponible, sería la tecnología preferida tanto en los países que usan A como en los que usan B.
Para profundizar en el análisis de los efectos económicos de las nuevas tecnologías, descarga este ejercicio sobre la redistribución por causas tecnológicas.
Un segundo factor que fomentó la difusión de las nuevas tecnologías por todo el mundo fue la subida de los salarios y la bajada de los costes de la energía (a causa, por ejemplo, del abaratamiento del transporte, que permitía a los países importar energía barata del extranjero). El incremento de los salarios y la disminución de los costes de la energía en países más pobres aumentó la pendiente de las líneas de isocoste, ofreciendo un incentivo para cambiarse a tecnologías que ahorraran mano de obra.1
En cualquier caso, las nuevas tecnologías se propagaron, por lo que acabó por producirse una convergencia en tecnologías y en nivel de vida, al menos entre aquellos países en los que había comenzado la revolución capitalista.2
Sin embargo, existen países en los que todavía hoy se utilizan tecnologías que en Gran Bretaña fueron sustituidas durante la Revolución Industrial. El modelo predice que en esas situaciones el precio relativo del trabajo ha de ser muy bajo, con una línea de isocoste muy llana. La tecnología B de la figura 2.15 podría ser la preferida, aunque esté disponible la A′, si la línea de isocoste es más llana que HJ, tanto que pase por el punto B pero por debajo de A′.
Pregunta 2.9 Elige las respuestas que sean correctas
La figura 2.14 representa líneas de isocoste para los siglos XVII y XVIII en Gran Bretaña. Teniendo en cuenta esta información, lee los siguientes enunciados y elige los que sean correctos.
- La pendiente de la línea de isocoste es el negativo del cociente entre precios: –(salario/carbón). Una línea de isocoste más llana indica salarios más bajos con respecto al precio del carbón.
- Un aumento del nivel de los salarios con respecto al coste de la energía provocaría una línea de isocoste más inclinada.
- Importa el precio relativo, no la diferencia absoluta. Por lo tanto, si los salarios caen, pero relativamente menos que los costes de la energía, de manera que el cociente entre precios sigue aumentando, entonces la tecnología A puede seguir siendo la mejor opción.
- La comparación entre estas dos líneas muestra que el coste de producción es menor en A que en B. Por lo tanto, las empresas que adoptan la tecnología A obtienen una renta de innovación, es decir, un beneficio superior al de la alternativa.
Ejercicio 2.8 ¿Por qué la Revolución Industrial no ocurrió en Asia?
La lectura de la respuesta de David Landes a esta pregunta, y de este resumen de investigación sobre la gran divergencia permite abrir un debate sobre por qué la Revolución Industrial ocurrió en Europa y no en Asia y por qué en Gran Bretaña y no en la Europa continental.
- ¿Qué argumentos te parecen más convincentes y por qué?
- ¿Y cuáles menos y por qué?
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Robert C. Allen. 2009. «The Industrial Revolution in Miniature: The Spinning Jenny in Britain, France, and India». The Journal of Economic History 69 (04) (noviembre): p. 901. ↩
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David S. Landes. 2003. The Unbound Prometheus: Technological Change and Industrial Development in Western Europe From 1750 to the Present. Cambridge (Reino Unido): Cambridge University Press. ↩